sábado, 2 de junio de 2012

Los nazis proscriben la reforma adventista

Durante la Primera Guerra Mundial, una parte de la Iglesia Adventista de Alemania sufrió una división, en oposición al servicio militar. Esto llevó a los nacionalsocialistas a que en 1936 proscribieran el así llamado "Movimiento de la Reforma". Brugger dijo que el temor de que los nazis clausuraran los principales templos adventistas puede haber influido en las decisiones de los líderes.

Los adventistas de Alemania y Austria han recientemente pedido disculpas por cualquier participación en apoyo a las actividades nazis durante la guerra. En la foto, el documento de identidad de Max-Israel Munk, un adventista judío que fue borrado de los registros eclesiásticos cuando los nazis así lo ordenaron. Después de sobrevivir la prisión en dos campos de concentración, Munk regresó a su hogar al finalizar la guerra y solicitó reingresar a la iglesia, pedido que fue concedido. 

Al cumplirse el 60º aniversario de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, los líderes adventistas de Alemania y Austria han publicado una declaración donde afirman que "lamentan profundamente" cualquier participación de apoyo a las actividades nazis durante la guerra. Los organismos eclesiásticos "confiesan honestamente" la incapacidad de "seguir a nuestro Señor" al no proteger a los judíos y a otras minorías del genocidio, conocido comúnmente como Holocausto. Millones de personas perecieron como consecuencia de las atrocidades de la guerra, entre los que se encontraron más de 6 millones de judíos que fueron exterminados por las persecuciones nazis durante el período que abarcó de 1933 a 1945.

Esta declaración fue publicada inicialmente en el número de mayo de 2005 de "AdventEcho", una revista mensual de la iglesia en idioma alemán, y también aparecerá en otras publicaciones alemanas, dijo el Pastor Günther Machel, presidente de la región eclesiástica adventista de Alemania Sur y uno de los tres firmantes de la declaración.

Una copia de la declaración fue enviada a Yad Vashem, la Autoridad de la Memoria de los Mártires y Héroes del Holocausto de Israel, añadió el Dr. Rolf Pöhler, un ex presidente de la región eclesiástica de Alemania Norte que en el presente colabora como asesor teológico de la región, y que participó de la confección del borrador de la declaración.

"Lamentamos profundamente que el carácter de la dictadura nacionalsocialista no haya sido captado a tiempo y con la claridad suficiente, y de que la naturaleza impía de la ideología nazi no haya sido identificada con claridad", afirma la declaración en su traducción del alemán. La iglesia también dice lamentar "que en algunas de nuestras publicaciones ... se hallaron artículos donde se glorificaba a Adolf Hitler y se aceptaba la ideología antisemita de una manera que hoy resulta increíble".

Los líderes de la iglesia también expresaron sus disculpas porque "nuestro pueblo llegó a asociarse con el fanatismo racial, destruyendo las vidas y la libertad de 6 millones de judíos y representantes de las minorías de toda Europa", y de que "muchos adventistas del séptimo día no compartieron las necesidades y el sufrimiento de sus conciudadanos judíos".

Por sobre todo, es de lamentar, indicó la declaración, que hubo congregaciones adventistas de Alemania y Austria que "excluyeron, separaron y abandonaron a feligreses ... de origen judío de manera que fueron enviados a la prisión, al exilio o la muerte".

Bajo diversos decretos raciales, algunas congregaciones adventistas expulsaron a miembros de origen judío. Uno de ellos, Max-Israel Munk, fue enviado por los nazis a dos campos de concentración. Munk sobrevivió y regresó a la iglesia después de la guerra, donde dijo que no quería actuar en contra de su congregación de la manera en que había sido tratado, afirma el Dr. Daniel Heinz, archivista adventista de Friendensau University y quien estudió las actividades adventistas durante el período nacionalsocialista.

Junto con el Pastor Machel, los otros líderes que firmaron la declaración fueron los Pastores Klaus-Jurgen van Treeck, presidente de la región Alemania Norte, y Herbert Brugger, presidente de la Iglesia Adventista de Austria. Pöhler y Johannes Hartlapp, historiador de la iglesia de Friedensau, realizaron el borrador en el que se basó la declaración. Las tres regiones eclesiásticas votaron a favor del texto final, dijo Pöhler.

En la declaración, los tres afirman que "la obediencia que debemos a las autoridades civiles no debe llevar a renunciar a las convicciones y valores bíblicos", y afirmaron que si bien Dios sólo puede juzgar las acciones de las generaciones pasadas, "en nuestros días, sin embargo, queremos asumir una postura decidida por el derecho y la justicia hacia todos los pueblos".

En una entrevista telefónica, Brugger dijo que "nuestros miembros realmente apreciaron la publicación de este documento".

Los miembros más jóvenes de nuestra iglesia, indicó, "apreciaron mucho" esta iniciativa. No se ha recibido la reacción de la comunidad judía de Austria, pero Brugger dijo que en Austria la iglesia adventista no es tan conocida como otros movimientos.

Al preguntársele cómo fue posible que una iglesia que considera el sábado como una de sus creencias fundamentales pudiera abandonar a otros guardadores del sábado durante la persecución, Brugger dijo creer que fueron consideraciones políticas y no teológicas las que pueden haber llevado a adoptar esta postura.

"Creo que durante esa época los líderes de la iglesia temían perder el control de la iglesia y perder la iglesia porque las autoridades políticas ya habían... confundido nuestra iglesia con el movimiento de la Reforma", explicó. "Creo que nuestros líderes tuvieron temor de perder el reconocimiento oficial de la iglesia, de manera que acaso no fueron tan fieles a nuestras creencias como hubiera sido necesario".

Y añadió: "Fue más político que teológico, estoy seguro".

El principal Templo Adventista de Alemania fue brevemente clausurado por los nazis, destaca Pöhler. Un rápido cambio al respecto por parte del régimen produjo alivio entre los adventistas, pero también un nivel de cooperación con el gobierno que se tornó malsano.

"No sólo nos mantuvimos en silencio, sino que también publicamos cosas que nunca deberíamos haber publicado. Publicamos ideas antisemitas que, desde nuestra perspectiva, no eran realmente necesarias", dijo Pöhler en una entrevista telefónica. "Fuimos aún más lejos y publicamos cosas que eran realmente antisemitas. ... Salimos de la senda para mostrar que éramos leales al gobierno alemán nacionalsocialista".

"Tuvimos que haber sabido que una declaración equivocada, una acción equivocada significaba que una persona podía terminar en un campo de concentración", dijo Pöhler al referirse a esa era. "Fue por eso que excluimos y desfraternizamos a adventistas judíos: Si una iglesia local no hubiera hecho esto, los nazis hubieran clausurado el templo, llevado a los ancianos a prisión y eso hubiera significado una prohibición completa para la iglesia".

Si bien algunos adventistas europeos asumieron la valerosa decisión de proteger a los judíos, otros siguieron con la corriente en parte debido a la preocupación por sus familias e iglesias. Era difícil en sí que un individuo ayudara a un judío, explicó Pöhler, pero arriesgar las vidas de una congregación era aún una carga mayor. Esa precaución puede verse reflejada inclusive en la nomenclatura utilizada por los adventistas alemanes, dijo.

"La Escuela Sabática fue llamada 'Escuela Bíblica'; no queríamos utilizar el término original porque significada correr riesgos", dijo Pöhler. "Podían confundirnos con los judíos. Al rehusar llamarla Escuela Sabática, se efectuaba una declaración; se creaba un espacio entre la iglesia y los judíos".

El Dr. Daniel Heinz, director de los archivos eclesiásticos de la Universidad Adventista de Friedensau, Alemania, dijo que sus investigaciones acerca de los adventistas que ayudaron a los judíos durante la guerra lo llevó a descubrir a los que actuaron de manera diferente.

"Los líderes de la iglesia adaptaron e inclusive tomaron parte de la ideología antisemita de los nazis; en algunos casos, hicieron más que lo necesario para agradar a las autoridades nazis. Esto es algo que realmente nos resulta extraño".

Al mismo tiempo, dijo, "sé que muchos adventistas de la gente común ayudaron a los judíos, pero nunca hablaron al respecto".

En toda Europa se ha documentado fehacientemente la resistencia a las políticas nazis, así como la respuesta compasiva pero valiente de muchos cristianos, entre los que hubo adventistas, con el fin de proteger las vidas de los que sufrieron bajo la persecución nazi. Esto abarca a Polonia, Hungría, Holanda y Dinamarca, entre otros países.

"Hallé algunos relatos sumamente impresionantes de adventistas que ayudaron a los judíos durante el período del Tercer Reich, arriesgando sus vidas, y también hallé lo opuesto", dijo Heinz. Entre otras, una familia adventista de Latvia albergó a un judío, lo escondió durante la guerra, y sobrevivió. El refugiado llegó a ser un creyente adventista y pastor de la iglesia luego de la finalización de la guerra.

Según el Pastor Machel, "sesenta años después de la Segunda Guerra Mundial es muy tarde, pero vimos que era la última oportunidad de efectuar esta declaración".

Ya se habían producido intentos de efectuar tales declaraciones, si bien por lo general estos fueron ignorados o anulados por los líderes de la iglesia que habían vivido durante el nazismo y que no querían que la iglesia "juzgara" a sus predecesores. Sin embargo, en 1988, al cumplirse el 50º aniversario del "Kristallnacht" del 9 de noviembre, o "noche de los cristales rotos", en la cual turbas que apoyaban al nazismo destrozaron las vitrinas de mercaderes judíos y saquearon las sinagogas, la entonces Iglesia Adventista de Alemania Oriental publicó una declaración en su pequeña revista. En 1989, durante las celebraciones de los 100 años de la Iglesia Adventista de Hamburgo, el Pastor Erwin Kilian, presidente de la Iglesia Adventista de Alemania Norte, se refirió al "período oscuro" en su alocución y ofreció sus disculpas. Otra breve declaración fue hecha en 1995, al cumplirse el 50º aniversario de la finalización de la guerra.

Los jóvenes de la iglesia han reaccionado positivamente a las expresiones de preocupación y contrición de la declaración. Dos adventistas de Berlín dijeron que apreciaban el documento.

"El revelar con humildad nuestros pecados y faltas es lo más importante que quiere Dios que hagamos", dijo Sara Gehler, de 25 años de edad. "Y aunque ya pasaron 60 años, creo que era necesario que como adventistas asumamos una postura clara respecto de la Segunda Guerra Mundial". Y añadió: "Es nuestro deber como cristianos proteger y ayudar a los débiles, indefensos y necesitados".

Julian Müller, de 26 años de edad, añadió: "Creo que es nuestra responsabilidad como iglesia confesar nuestros errores y no ocultarlos, especialmente cuando hay vidas humanas de por medio. ... Mi esperanza es que no tengan que pasar otros 60 años para que tengamos el valor de pedir perdón por los errores que cometimos desde entonces".

El Pastor Machel dijo que la respuesta de los miembros fue también "muy positiva" en la región eclesiástica de Alemania Sur, donde se encuentran ciudades tales como Munich y Nuremberg, bastiones del nacionalsocialismo. "Algunos estaban esperando una acción tal de los líderes".

La declaración también fue bien recibida en los círculos internacionales de la iglesia. "Durante mucho tiempo estuve esperando un texto como este", dijo el Pastor Richard Elofer, presidente de la Iglesia Adventista en Israel. "Alabo al Señor porque tocó los corazones de nuestro pueblo de Alemania y Austria para que produjeran esta declaración".

El Dr. John Graz, Presidente de Relaciones Públicas y Libertad Religiosa de la sede central de la iglesia, añadió: "Para los que creen en el amor divino por cada miembro de la familia humana, en contra de cualquier tipo de discriminación basada en la raza, la religión o el sexo, esta declaración, escrita por una generación que no tuvo responsabilidad en el Holocausto y en la guerra, pero que reconoce la responsabilidad de sus padres, permanecerá como un hito positivo y un gran estímulo".